Trabajar desde las necesidades de los mismos agricultores y crear herramientas de apoyo, es uno
de los ejes que está desarrollando el proyecto “Incremento de la biodiversidad predial, en las
principales especies frutícolas de la Región de Coquimbo, mediante la incorporación de prácticas
de rediseño, disminución de agrotóxicos en los sistemas productivos y de residuos en los
productos obtenidos por la pequeña y mediana agricultura”, ejecutado por el Instituto de
Investigaciones Agropecuarias, INIA Intihuasi y apoyado por la Fundación para la Innovación
Agraria FIA y el Gobierno Regional de Coquimbo.
A través de esta iniciativa se busca incrementar la biodiversidad en los predios frutícolas de la
Región de Coquimbo, principalmente en campos de uva de mesa, cítricos y nueces mediante el
codiseño, con productores clave, de soluciones innovadoras. “No es que nosotros vengamos a
imponer lo que vamos a hacer, sino que las soluciones son propuestas que nacen desde los
mismos productores y asesores, por medio de los diversos talleres, encuestas y entrevistas que
hemos ido realizando a lo largo del proyecto. La idea es que sea un camino en conjunto, donde
ellos mismos ya han identificado los problemas que tienen en relación a las temáticas y definido
las soluciones a realizar, dentro del plazo del proyecto”, explicó Carolina Pañitrur investigadora de
INIA Intihuasi quien lidera la iniciativa, agregando que, “actualmente estamos avanzando en el
prototipado de estas soluciones, en colaboración con el FABLAB de la Universidad de La Serena y la
idea es llegar hasta su implementación”.
Wanda García, representante regional de FIA en Atacama y Coquimbo, indicó que, "tras los
diversos talleres realizados durante el mes de enero y marzo 2024 en cada una de las provincias de
la región, para priorizar problemáticas y potenciales soluciones en respuesta a el desafío asociado
al aumento de la biodiversidad y disminución de agrotóxicos en las principales especies frutales de
la Región de Coquimbo (uva de mesa, cítricos y nogales), hoy correspondió avanzar en conocer la
visión de diversos actores locales para prototipar la solución priorizada (elaboración de un manual
práctico, con aplicación de innovación y foco sustentable, principalmente para pequeños y
medianos productores (as)”.
Una metodología de trabajo que se ha desarrollado en donde el enfoque principal es el usuario,
desde la definición del problema hasta las soluciones son consensuadas. Luego continua un
periodo de pilotaje e implementación de los productos que se elaboren, en un periodo de dos
años. Hoy la iniciativa, busca crear un manual de campo, que reúna información relevante y de
interés de los agricultores para ser capaces de incrementar la biodiversidad en sus campos y a la
vez disminuir el uso de agrotóxicos. Una herramienta práctica, de fácil compresión para el usuario,
con vocabulario sencillo y de gran utilidad, para ser capaces de lograr cambios y mejoras en sus
predios.
Christian Álvarez, seremi de agricultura, destacó la iniciativa puesto que son los mismos usuarios
quienes detectan los problemas y encuentran las soluciones, “tras la identificación de los
problemas, se comenzaron a co-diseñar soluciones, donde la participación activa y el
conocimiento de los productores fueron esenciales para su desarrollo, ahora se está trabajando en
el prototipado de un manual práctico que será de mucha utilidad para las y los agricultores.
Nuestro ministro Esteban Valenzuela en la distintas visitas que ha realizado a la región, nos ha
pedido apoyar al Mundo Rural y potenciar su desarrollo, este trabajo que está haciendo INIA es
parte de ese requerimiento”.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación,
desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta
con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas.
Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático,
Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de
Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país,
creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la
sociedad, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido
en cada uno de sus proyectos.
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