Una declaración pública publicada en el diario El Día marca esta un nuevo capítulo de tensiones al interior del Colegio Amalia Errázuriz de Ovalle, uno de los establecimientos privados más tradicionales y de élite de la Región de Coquimbo. En el inserto, la totalidad de la directiva de la Asociación de Padres y Apoderados presentó su renuncia, denunciando “falta de comunicación efectiva y transparente” por parte de la corporación sostenedora y de la dirección del colegio.
La carta, dirigida a Diego Peralta Morales, presidente de la Corporación Juan Subercaseaux —entidad sostenedora del colegio—, señala que las reiteradas solicitudes de información sobre decisiones relevantes para la comunidad educativa “no han tenido respuesta o la información entregada ha sido tergiversada”.
“El aporte de la Asociación de Padres al colegio ha sido subestimado y no se ha valorado adecuadamente. A pesar de nuestros esfuerzos por colaborar, no hemos recibido el apoyo necesario”, indica el texto, firmado por once integrantes de la directiva.
Un reflejo del malestar en la comunidad educativa
La decisión ha generado un fuerte impacto al interior de la comunidad educativa, donde el colegio es considerado un referente educativo y social. Padres y exalumnos destacan que el Amalia Errázuriz —fundado a mediados del siglo XX— ha sido históricamente el principal espacio formativo de la élite local, con alumnos provenientes de familias influyentes del ámbito agrícola, empresarial y profesional.
Sin embargo, en los últimos años el colegio ha enfrentado episodios de controversia que han debilitado su imagen de excelencia y orden institucional. El distanciamiento entre la comunidad de apoderados y la administración se ha hecho evidente, y la renuncia de toda la directiva parece confirmar una crisis más profunda en la gobernanza del establecimiento.
Desconfianza y quiebre institucional
Los apoderados renunciantes apuntan a un clima de “desconfianza y frustración” generado por la falta de diálogo con la corporación sostenedora. Plantean que su salida busca llamar la atención sobre la necesidad de fortalecer los canales de comunicación y de colaboración entre padres, dirección y sostenedores.
“Esperamos que esta decisión permita reflexionar sobre la importancia de fortalecer la comunicación y la colaboración en beneficio de la comunidad educativa”, concluye la declaración.
Fuentes vinculadas al colegio comentan que el conflicto se arrastra desde hace más de un año, principalmente por diferencias sobre el manejo financiero y las políticas disciplinarias internas.
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Antecedentes de controversias anteriores
Esta no es la primera vez que el Colegio Amalia Errázuriz enfrenta una crisis pública. En 2021, exestudiantes denunciaron públicamente haber sido víctimas de abusos sexuales cometidos por compañeros mientras cursaban enseñanza media. Las jóvenes relataron los hechos a medios regionales como El Día y El Ovallino, asegurando que los episodios ocurrieron tanto dentro del recinto como en actividades extraprogramáticas, y que en su momento no recibieron apoyo adecuado por parte de las autoridades escolares.
La Fiscalía Local de Ovalle abrió una investigación de oficio tras la denuncia mediática, aunque no se conocieron sanciones judiciales posteriores. El caso generó una fuerte repercusión en redes sociales y llevó a exalumnas a crear un colectivo que pedía protocolos más estrictos de convivencia y acompañamiento psicológico para las estudiantes.
En 2022, el colegio volvió a ser noticia por una amenaza de tiroteo difundida en redes sociales, en la que un usuario anónimo difundió una “lista negra” con nombres de alumnos y profesores. Si bien el hecho no se concretó, generó alarma entre los apoderados y obligó a reforzar las medidas de seguridad y convivencia escolar.
Un colegio de élite bajo observación
El Colegio Amalia Errázuriz, conocido por su exigencia académica y su formación católica, ha sido por décadas símbolo de prestigio educativo en la provincia de Limarí. Sus egresados suelen acceder a las principales universidades del país, y su historia está estrechamente ligada a familias tradicionales de Ovalle.
No obstante, las recientes controversias parecen mostrar un quiebre entre su imagen pública y su dinámica interna. La renuncia de toda la directiva de apoderados deja al descubierto un problema estructural de comunicación y participación que amenaza con afectar el clima institucional y la confianza entre familias y autoridades.

