En la terraza del Gobierno Regional de Coquimbo se realizó la ceremonia de cierre del
proyecto “Espacios Terapéuticos para la Reinserción Social Juvenil”, instancia que certificó
a 46 funcionarias y funcionarios del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil en el
desarrollo de habilidades socioemocionales y en la promoción de ambientes terapéuticos
que favorezcan el desistimiento delictivo.
Uno de los principales desafíos en contextos de internación juvenil es el abordaje
emocional y la implementación de intervenciones efectivas para acompañar procesos de
cambio. En este marco, la figura del tutor y el entorno terapéutico resultan
fundamentales, al ofrecer espacios seguros para la expresión, el acompañamiento y la
rehabilitación.
El proyecto contempló una capacitación presencial de 10 horas (2,5 horas semanales),
orientada al uso y beneficios de los espacios terapéuticos. Esta formación incluyó tanto al
personal que trabaja directamente con adolescentes y jóvenes, como a equipos técnicos,
administrativos y de la Dirección Regional del servicio.
Durante la ceremonia, Matías Villalobos, jefe de División de Desarrollo Social y Humano
del Gobierno Regional, valoró la iniciativa destacando que “es fundamental que quienes
trabajamos en el servicio público actualicemos permanentemente nuestros conocimientos
y adquiramos nuevas herramientas para enfrentar los desafíos institucionales. Esta
certificación, posible gracias al financiamiento del Gobierno Regional, fortalece el trabajo
de las y los funcionarios del Servicio de Reinserción Juvenil, y les permite contribuir de
manera concreta a la reeducación de jóvenes privados de libertad. Lo más importante es
que como sociedad les brindemos una segunda oportunidad, para que puedan
reinsertarse y convertirse en un aporte real a la comunidad”.
En la misma línea, la seremi de Justicia y Derechos Humanos, María José Rojas, destacó el
esfuerzo interinstitucional que impulsa una nueva mirada en los procesos de reinserción.
“La reinserción no es tarea de un solo servicio, sino de toda la sociedad. Esta capacitación
refleja una forma distinta de intervención, que reconoce las capacidades de los jóvenes y
permite que los profesionales trabajen para descubrir y potenciar esas habilidades, más
allá de la sanción”.
Por su parte, la directora regional del Servicio de Reinserción Juvenil, Loreto Rebolledo,
subrayó el valor del compromiso institucional: “Estamos dando un paso significativo hacia
una reinserción más humana, más consciente y verdaderamente efectiva. Desde el
Servicio, creemos profundamente que los espacios terapéuticos no solo transforman
entornos, sino también trayectorias de vida. El compromiso de cada persona certificada es
clave para construir un sistema que cree en las segundas oportunidades y en el poder
transformador de lo colectivo”.
El proyecto, que contó con un financiamiento de 24 millones de pesos, también incluyó
talleres formativos dirigidos a 30 adolescentes y jóvenes en situación de internación
provisoria o régimen cerrado, además del acondicionamiento y equipamiento de cuatro
salas terapéuticas dentro del Centro de Internación Provisoria y Régimen Cerrado (IP-IRC)
de Coquimbo.
Sofía Henríquez, coordinadora educativa del recinto y una de las participantes certificadas,
destacó que “educar y acompañar en un espacio seguro y con las condiciones adecuadas
tiene un impacto profundo en los procesos de cambio y transformación personal”.
Bajo la premisa de que la reinserción debe funcionar como un sistema articulado, tanto el
Gobierno Regional como el Consejo Regional de Coquimbo han desempeñado un rol
estratégico en la generación de oportunidades para adolescentes y jóvenes en conflicto
con la justicia, apostando así a una mayor seguridad pública en el mediano y largo plazo.