Consuelo Rodríguez Suazo es una terapeuta holística que ha logrado posicionar en la Región de Coquimbo una práctica única y poderosa: la combinación del Breathwork y la terapia de hielo, conocida como “crioterapia”. Originaria de Viña del Mar, esta exprofesora de inglés llegó a la región y, tras un profundo proceso personal de sanación a través del yoga y la meditación, decidió convertirse en la primera en ofrecer esta técnica de manera guiada y segura. Hoy, su trabajo ha impactado a más de 400 personas en playas de La Serena, Cerro Grande y centros deportivos, ayudándolas a sanar problemas físicos y emocionales.
Entrevista
Consuelo, eres reconocida como pionera en traer la combinación de Breathwork y terapia de hielo a nuestra región. ¿Cómo comenzó tu camino con estas prácticas?
“comenzó como un viaje muy personal. En un momento de mi vida en que necesitaba reconectar conmigo y encontrar herramientas para regular mi cuerpo y mi mente, descubrí el poder de la respiración consciente y la terapia de frío. Lo que en un inicio fue algo para mi bienestar se transformó rápidamente en un llamado: compartirlo con otros. Me formé, profundicé y comencé a guiar sesiones aquí, convirtiéndome en la primera en la región en ofrecer esta experiencia de manera guiada y segura”.
En este tiempo, más de 400 personas ya han pasado por tus sesiones. ¿Qué es lo que más te impresiona de los cambios que ves en ellas?
“ Me impresiona la rapidez con la que se dan las transformaciones. He visto personas llegar tensas, con miedo o con mucha carga emocional, y salir ligeras, empoderadas, con una claridad y una calma que a veces no habían sentido en años. La conexión que se produce con uno mismo en esos minutos es tan profunda, que no solo impacta el momento, sino que deja huellas positivas a largo plazo”.
Para quienes nunca han probado estas prácticas, ¿cómo describirías el Breathwork y qué beneficios tiene?
“El Breathwork es una técnica de respiración consciente que nos permite regular el sistema nervioso, oxigenar mejor el cuerpo, liberar bloqueos emocionales y mentales, y traer claridad. Es como darle un reinicio al cuerpo y la mente, conectándonos con un estado de presencia y calma que, en la vida diaria, muchas veces olvidamos cómo se siente”.
La terapia de hielo puede sonar desafiante para muchos. ¿Por qué la consideras una herramienta tan poderosa?
“Porque nos lleva directo a ese lugar donde cuerpo y mente tienen que trabajar juntos. Más allá del frío, lo que se vive es un acto de presencia y autoconfianza. El hielo ayuda a reducir la inflamación, mejorar la circulación, fortalecer el sistema inmune y entrenar nuestra resiliencia. Es un recordatorio de que somos mucho más capaces de lo que pensamos”.
¿Cómo integras ambas técnicas en una sola sesión para lograr esa experiencia transformadora?
“con mi experiencia, he ido probando y evidenciando qué técnicas funcionan mejor previo a la inmersión en hielo. No es solo “respirar y entrar”, sino preparar el cuerpo y la mente para que vivan la experiencia de la manera más segura y enriquecedora posible. Uso secuencias de respiración específicas para regular el sistema nervioso, ejercicios de enfoque y conexión interna, y luego guío la entrada al hielo de forma consciente. Así, las personas no solo logran quedarse, sino que salen fortalecidas, centradas y con una sensación de logro increíble”.
Al ser pionera en esta práctica en la región, ¿qué significa para ti ver que cada vez más personas se atreven a vivir esta experiencia?
“Es emocionante y muy gratificante. Ver cómo algo que en un principio parecía lejano o “extremo” hoy es buscado como una herramienta real de bienestar, me hace muy feliz. Significa que he abierto un camino y que la gente está más dispuesta a cuidarse y explorar nuevas formas de estar bien”.
Para quienes están leyendo esto y sienten curiosidad, ¿qué les dirías para que se animen
Que no esperen a “sentirse preparados” para intentarlo. Esta experiencia está diseñada para que cualquier persona pueda vivirla, sin importar su nivel físico o su experiencia previa, obviamente, con algunas restricciones. Solo se necesita apertura y confianza en el proceso. Una vez que lo vivan, no solo van a sentir el impacto físico, sino una conexión interna que se quedará con ustedes mucho tiempo.

